La rentabilidad es un índice que mide la relación entre utilidades o beneficios y la inversión o recursos que se utilizaron para obtener tales utilidades. Para calcular la rentabilidad hay que determinar en qué porcentaje ha crecido nuestro monto (inversión inicial) una vez convertido en monto final (inversión inicial+ utilidades).Es decir, si nuestra inversión inicial fue de 1000 y nuestro monto final de 1200, nuestra rentabilidad es un 20%.
La rentabilidad nos dirá cuán exitoso es un proyecto, qué renta nos va a generar. Si la rentabilidad es muy baja o nuestra inversión permanece constante, significa que esta se encuentra comprometida, lo cual nos obliga a analizar si seguir o abandonar el negocio.
Existen tipos de negocios en que la rentabilidad de la inversión al comienzo será baja. Un caso típico de esta lo constituye el comercio, ya que este tipo de iniciativa requiere de un tiempo de asentamiento, ganar espacios en el mercado, etc. En otros casos como la inversión inmobiliaria la rentabilidad es más constante en el tiempo.
El análisis de la rentabilidad es un proceso permanente para los inversionistas ya que nos permite asegurar que los caminos trazados puedan ser corregidos o reafirmados según los resultados de este análisis. Las definiciones que hagamos siempre van a tener en cuenta la rentabilidad y de ella dependerá el futuro de nuestro negocio. Nadie invierte para generar pérdidas.