Nuestras pequeñas cuentas de ahorro

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Desde que somos pequeños, algunos tenemos la fortuna de que nos abran una cuenta en el banco en la que empezar a ahorrar. Como norma general se van añadiendo pequeñas cantidades, hablamos normalmente sobre  depósitos que apenas parecen tener importancia, pero que en su conjunto y con el paso de los años se pueden convertir en una cantidad bastante interesante, sobre todo si no se saca nada del dinero que se va metiendo y son bastantes años los que se mantiene la libreta abierta y operativa.

 Gracias a estas pequeñas libretas de ahorro, que algunas veces se abren en el momento de nacer por parte de los progenitores o los abuelos, hay quienes se han podido permitir costearse algunos proyectos como estudios superiores, pagar la entrada de una vivienda o poner un negocio con el que ganarse la vida. Otro no han logrado objetivos tan ambiciosos pero también han podido darse algún pequeño capricho como comprarse un coche o un ordenador.

 Cuando uno tiene la fortuna de encontrarse con que en su día abrieron una de estas libretas, no puede menos que sentirse agradecido porque alguien pensó en nosotros desde que nacimos, y a veces también nos impulsan a seguir el mismo ejemplo y abrir una libreta parecida en el caso de tener a algún pequeño familiar cerca de nosotros.