Cuando se cuenta con una importante cantidad de dinero de la que no se depende, y se quiere buscar un medio por el cuál hacer crecer el capital, algunas de las preguntas más recurrentes suelen ser las que tienen que ver con el tipo de producto financiero que se va a utilizar para conseguir el aumento que se busca pero con el menor riesgo posible. De ahí que una de las preguntas tenga que ver con la diferencia que existe entre las acciones de invertir y ahorrar.
Si bien es cierto que saber invertir, si se busca realizar sobre todo acciones sobre depósitos fuertes con una rentabilidad histórica alta, es una manera de ahorrar y conseguir un aumento en las ganancias, la realidad es que no dejan de tener un cierto riesgo, y por lo tanto a muchas personas les genera una desconfianza y un miedo que les hace retraerse y no depositar su dinero en ese tipo de productos. Prefieren ahorrar, es decir, depositarlo en una cuenta corriente o similar que garantice un porcentaje fijo de la cantidad que se ingresa. No obstante, las últimas noticias en materia económica nos han hecho ver que tampoco estos productos tienen garantizado al cien por cien el rendimiento, de modo que los inversores están muy desconcertados y no saben qué hacer.
Lo mejor es decantarse por invertir lo que se considere conveniente, pero darlo por perdido, de modo que solo hay que invertir el dinero del que se pueda prescindir para no arruinarse si se pierde.