Qué son y cómo funcionan los contratos de futuros

Los contratos de futuro son básicamente un acuerdo a partir del cual, las dos partes firmantes se comprometen a entregar un producto (activo subyacente) en una fecha futura que previamente se ha fijado y que se denomina vencimiento, a un precio pactado también anteriormente.

Ya en tiempos antiguos, con la agricultura, se barajaban estos conceptos, estando vigentes aún: tanto el agricultor que vendía el producto, como el que lo compraba, se aseguraban así el precio del día de la venta, y para que hubiera una garantía, el comprador entregaba una cantidad. Si el precio de por ejemplo, la cebada, es más elevado que el precio que se pactó previamente, el comprador obtendrá beneficios, ya que pagará por la cebada por debajo del precio de mercado. En cambio, si el precio ha bajado, el beneficiado será el agricultor, ya que venderá la cebada por encima del precio del mercado.

Entre las características de los contratos de futuros, está la de no obligación de mantenerlos hasta su vencimiento. La venta acciones puede darse en cualquier momento. Tampoco es necesario en ciertas ocasiones comprar el producto, simplemente se puede pagar la diferencia entre el precio que se pactó y el que se ha alcanzado la fecha del vencimiento.

Otra de las características de los contratos de futuros, es el multiplicador, que solo es aplicable a los futuros sobre los índices. Consiste en un número que se establece arbitrariamente por parte del mercado para establecer el nominal de los contratos. Por ejemplo, con el IBEX y los futuros, el multiplicador es 10 euros en el ibex 35, y de un euro en el mini ibex 35.